El disco duro convencional
Para entender cómo funciona un disco duro de Estado Sólido (SSD, o Solid State Drive), primero tenemos que entender cómo funciona un disco duro tradicional.
Los SSD (Solid State Drive)Ahora que tenemos una idea básica de los discos duros tradicionales y su funcionamiento (además de poder reconocer las características más importantes a la hora de comprar uno), es hora de ver hacia el futuro cercano, los SSD.
Si bien los SSD cumplen la misma función que los discos duros tradicionales, su funcionamiento varía totalmente.
El “Estado Sólido”, es un término empleado para referirse a componentes electrónicos construído enteramente de semiconductores. En términos simples? El SSD se deshace del almacenamiento magnético (el “disco” que vimos en los primeros) para darnos un almacenamiento sólido, sin partes movibles.
De hecho, los SSD y nuestra típica memoria USB comparten muchas similitudes, pues los chips de almacenamiento que utilizan son los mismos o muy similares: la diferencia está en la forma del disco (adaptada a los actuales de 2.5” o 3.5” para poder “caber” en, por ejemplo, una laptop), y en la capacidad.
Ahora, si bien estamos en una etapa en la que los SSD resultan todavía demasiado caros en comparación de la “antigua” tecnología, con la rápida caída del costo de producción y la multiplicación en almacenamiento, yo soy de los que cree que no pasará mucho tiempo más, para que los SSD sean cosa común. Tan sólo vean a las netbooks, pues en muchas éstas, se opta por este tipo de almacenamiento, en lugar de los discos duros tradicionales.
Por qué?
Consumen menos energía: al no tener que estar girando un disco extremadamente rápido, los discos duros, teóricamente, deberían consumir menos energía. Algunas pruebas realizadas por Tom’s Hardware, sin embargo, han demostrado que los primeros modelos aún siguen consumiendo la misma cantidad.
Pueden llegar a mucho mayor velocidad: tomándonos de esa misma diferencia, los SSD pueden alcanzar una mucho mayor velocidad, al no estar restringidos a cuántas revoluciones por minuto puede dar un disco para leer datos.
Con el tiempo, pueden llegar a tener mayor capacidad que los discos tradicionales: si bien la mayoría de los SSD tienen un pequeñísimo tamaño (usualmente 32, 64 y 80 GBs), si sucede lo mismo que sucedió con las memorias USB, no me extrañaría ver disco de 200-500GBs a un precio razonable durante el 2009.
Compatibilidad – Lo único que necesitan para utilizar un SSD, es tener un puerto SATA. Basta con reemplazar el disco duro actual por un SSD, y listo.
No todo es color de rosas, sin embargo, y los SSD enfrentan algunos problemas
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